La maratón de Castellón ha sido muy especial para mi. Era la número 150, ya con 65 años. Hace 35 años que corrí mi primera maratón y 45 que hice mi primera carrera popular.
Este año he visto Castellón con otros ojos y he podido sacar su encanto, que también lo tiene. Lo mejor, desde mi punto de vista, El Grao. Andurrear por los paseos marítimos y dar una vuelta por sus playas es muy gozoso, así como comer en uno de los múltiples restaurantes que por allí abundan.
Mi maratón se puede resumir en pocas palabras: En la primera media me vine arriba y en la segunda me vine abajo. Se me atragantó bastante sin saber porqué. Es lo que hay.
He quedado 4° de mi recién estrenada categoría, medalla de chocolate.
Maratón de10, con mención especial a los amables voluntarios y numerosos grupos de música que te hacen más agradable la maratón. Lo de la toalla que te ponen al llegar es un detalle fantástico. Te arropa y te da la vida. Aunque detalles no les faltan. Fenomenal.
P.S.- Reconozco que al entrar en meta una furtiva lágrima resbaló por mi mejilla. Soy un sentimental.